Te contamos las repercusiones psicológicas que provocan los cortes de luz en Ecuador
Si bien es una realidad que los cortes de luz en Ecuador provocan un impacto significativo en el desarrollo económico, productivo e industrial del país, nuestra salud mental no está exenta de esta afectación colectiva.
El patrón común, por la alteración en las actividades cotidianas, está compuesto de elementos arraigados a las emociones y si los identificamos podría ser más llevadera la situación que vive no solo nuestro país. Latinoamérica en sí enfrenta una crisis energética marcada por sequías históricas.
“El primer aspecto que he notado en mis pacientes y la conversación común es la irritabilidad; mucha. Se debe al hecho de mover las rutinas, reuniones, citas médicas, o hasta sesiones de terapia donde se supone que puedes sentirte a gusto”. Así lo extiende el psicólogo clínico David Sucre Villalobos.
Aporta que más allá de la personalidad de cada persona, sí o sí hay irritabilidad en mayor o menor medida. No obstante, hay quienes la transforman en una ira profunda.
“Ahí es cuando explotan en casa, con la pareja, hijos y compañeros de trabajo. Porque no pueden gestionar ese cambio en la rutina, por un hecho que no podemos controlar”, añadió el experto.
La red flag que te envía tu cerebro cuando está afectado
Cuando nuestro cerebro está afectado por la coyuntura nacional, que además cada semana cambian los horarios de suspensión de energía, nos envía una red flag. O psicológicamente hablando: se manifiesta un síntoma cardinal. Este se considera clave para identificar y diagnosticar un trastorno mental específico.
Esta red flag es nada más y nada menos que el insomnio. Si por lo general algunas personas no pueden dormir bien por distintos factores, al momento en que ya estamos bastante irritados por el hecho de estar tantas horas sin luz aparece esta incapacidad de tener un descanso de calidad.”
“Más allá de las circunstancias personales que pueda tener cada quien, se debe a los cambios de rutinas por los horarios de los cortes de luz, el no poder cumplir con las labores a tiempo; peor en la noche cuando estamos a oscuras. El insomnio se genera por la sensación de incertidumbre, excesiva preocupación de hasta cuándo la tendremos interrupciones eléctricas y los que desconocen si perderán su trabajo”, añadió.
Este insomnio e irritabilidad se suma a la zozobra, la ansiedad y angustia. Éste último, a palabras del experto, es cuando creamos pensamientos fatalistas del futuro. “En la ciudadanía hay también un tema de frustración y decepción desde el punto de vista cívico”.
Los apagones y toda su esfera llegaron al diván
Al menos a la terapia de Sucre Villalobos igualmente llevaron el tema de los cortes de luz y todos los aspectos que los engloba. Aunque sus pacientes no van específicamente a la cita por ese tema, a las tareas que se envían para trabajar ciertos aspectos (por rupturas o duelos) se les incluyen actividades para tratar esta inconformidad, hostilidad, irritabilidad y esa dificultad para dormir.
Fantasías de escape
El psicólogo ancla también a dichos factores la creación en nuestra mente de fantasías de escape. Por ejemplo, pensamientos como “Prefiero irme del país”. Pero sumado a ello, opina que hay un ambiente de hostilidad ciudadana: por los apagones, inseguridad, el tráfico vehicular, falta de semáforos, cierres viales y entre otros.“Yo no veo gratitud, más bien hay una molestia colectiva”.
Paranóia clínica
En la conversación ciudadana, entre amigos, o familiares hay quienes comienzan con paranoia precisamente por las afectaciones que dejan el contexto país. “Por decirlo de alguna manera clínica, es un síntoma psicológico. La preocupación excesiva, angustia, o estar hipervigilante de lo que sucede desencadena esa paranoia que podría llegar a desarrollar un cuadro clínico”.
Todos los síntomas se triplican si existe adicción al celular
No todos tenemos acceso a un generador eléctrico o artefactos que nos permitan tener Internet durante los largos apagones. Peor si la persona no puede estar sin su celular ya sea por labores o estudio o simplemente tenga alguna adicción. Detectar esta última es sencillo: Todo lo arriba descrito se triplica.
“Cuando hay maltrato hacia la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, o cuando esa irritabilidad triplicada ataca varias esferas de tu vida es una adicción”, explicó. La idea es tener la conciencia que si bien los dispositivos móviles son una herramienta para el entretenimiento o el trabajo, debemos tener límites.
Así podemos afrontar las consecuencias
No es fácil, aclara el experto. Pero lo más importante es identificar lo que sentimos y tener responsabilidad afectiva. Además, estar consciente que todo se debe a un contexto exterior. “Saber que esas variables externas producen movimientos en mis variables psicológicas”, dijo.
Una vez que nos hacemos cargo de lo que estamos sintiendo, podemos buscar los mecanismos para gestionar esas emociones.
Otra recomendación es la organización con nuestras rutinas, acorde a los horarios de cortes de luz. “Aquí también entra lo que es la simpatía comunitaria, la bondad, la solidaridad ya que todos estamos pasando por lo mismo. Eso ya lo aprendimos con la pandemia; un acontecimiento que nos rompió a todos”.
Flexibilidad cognitiva
Sucre Villalobos destaca también la flexibilidad cognitiva, esta es la habilidad mental que nos permite adaptarnos a nuevos contextos, cambiar de opinión y perspectiva, y resolver problemas de manera creativa.
Hablar
Aprovechar y tomar un café con amigos, desahogarnos y conversar del tema o las emociones que podamos estar sintiendo por la situación país. Ello ayuda a drenar la válvula de la olla de presión y a encontrar nuevas perspectivas.
F: METRO