La Space Foundation señaló que en 2024 la economía espacial ya representa unos 550.000 millones de dólares a nivel mundial, sobre lo que, el banco de inversión Morgan Stanley proyectó que para 2040 alcanzaría un valor de un billón de dólares.

El mundo del espacio, que incluye la economía espacial, normalmente se entiende con una perspectiva desde la Tierra hacia el espacio. Es decir, el tema de la reconquista de la luna, la colonización de Marte y el proyecto Artemis, que se firmó hace poco.

Sin embargo, se pierde de vista la perspectiva desde el espacio hacia la Tierra. Esta perspectiva tiene que ver con que en el espacio están vehículos espaciales y satélites orbitando la Tierra y que producen información que puede ser útil.

Mauricio Robalino, decano de la facultad de Ingeniería de la explicó que, por ejemplo,  la información satelital nos da datos concretos sobre situaciones con amplias aplicaciones en la tierra.

«La economía espacial es justamente todas las actividades de económicas que se pueden desarrollar alrededor de estos dos enfoques. El uno que tiene que ver con el envío de transportes espaciales; y el otro relacionado con la captura, uso y transformación en conocimiento de toda la información captada desde el espacio», acotó Robalino.

Existen varias investigaciones que se están haciendo con imágenes satelitales actualmente. Se puede ver un mismo sitio de la tierra cómo era hace 20 años y cómo es ahora.

Eso permite, por ejemplo, identificar áreas de deforestación en bosques y selvas, contaminación de fuentes de agua, reducción de fuentes de agua, desastres naturales que hayan modificado algún aspecto del entorno, planificar el desarrollo de las ciudades, evaluar el crecimiento de las zonas agrícolas, establecer las mejores zonas para cierto tipo de cultivos, controlar  la pesca, entre otras aplicaciones.

«Las imágenes satelitales pueden identificar  el inicio de incendios y podría permitirnos que los cuerpos de apoyo actúen inmediatamente», añadió Robalino.

En la perspectiva del envío de de vehículos espaciales al espacio, el Ecuador tiene una posición absolutamente privilegiada. El hecho de estar sobre la línea ecuatorial, que es el lugar de la tierra donde la velocidad de giro es la más rápida, de estar junto al océano y   tener un espacio aéreo más bien libre de tráfico, hace que el Ecuador tenga potencial de puerto espacial.

Sin embargo, para que eso se concrete, Robalino recalcó que el país necesita ser más atractivo para la inversión.

«Necesitamos ser atractivos para esas grandes empresas como SpaceX, Blue Origin y Virgin, que están interesadas en este tipo de inversiones. Lo primero para volverse atractivos es generar el talento local para que pueda apoyar ese tipo de iniciativas», advirtió.

Mission Academy, en conjunto con la Universidad de los Hemisferios, ofrecerá, desde el próximo 6 de noviembre de 2024, un curso de 12 semanas que proporciona a los estudiantes y profesionales jóvenes la oportunidad de trabajar en proyectos prácticos con un enfoque en sostenibilidad y manejo del clima.

Los participantes utilizarán avanzadas tecnologías espaciales, como satélites y flotas espaciales, para obtener datos precisos y en tiempo real sobre fenómenos climáticos, monitorear cambios en el medio ambiente y optimizar el uso de recursos naturales.

«El programa viene acompañado por expertos de la NASA, que son quienes van a liderar cada sesión, cada semana, en donde se van a desarrollar habilidades técnicas para tomar la información que nos llega de los satélites y convertirla en conocimiento, como de liderazgo para mover todos esos recursos en favor de una solución específica. Las habilidades de liderazgo que se desarrollan para para el mundo espacial también son necesarias, útiles y  muy requeridas por el sector empresarial actual», resaltó Robalino.

La resolución de problemas, el análisis de datos y la presentación de soluciones técnicas permitirá a los participantes mejorar sus condiciones de empleabilidad.

La primera edición del programa estará orientada en las aplicaciones de la economía espacial para el monitoreo y el control de áreas protegidas. Esto puede servir para temas de deforestación, contaminación de fuentes de agua, permanencia de fuentes de agua, minería ilegal.

El programa no es solo para personas involucradas en áreas de ciencia, ingeniería y matemáticas.

«Hay mucha aplicabilidad pero, en general, los conocimientos que se impartirán en el programa son para todas las carreras y materias. Por ejemplo, se puede aprovechar para agricultura sostenible, antropología, ciencias sociales medicina y ciencias de la vida. En realidad, la posibilidad de  participar en el en el proyecto está abierta a todos y creemos que en el Ecuador tenemos talento para impulsar la economía espacial», acotó Robalino.

El programa, que iniciará el 6 de noviembre de 2024, será la primera experiencia de este tipo en América Latina.

F: LA HORA

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