El presidente ruso, Vladimir Putin, ha anunciado un acuerdo con Bielorrusia para el despliegue de bombas nucleares tácticas rusas en territorio bielorruso, en respuesta al anuncio británico de que entregará munición con uranio empobrecido al Ejército ucraniano.

La munición con uranio empobrecido se utiliza principalmente para traspasar el blindaje de vehículos militares como carros de combate o vehículos de transporte de tropas y también son útiles contra el casco de los buques de guerra.

Las armas nucleares tácticas son por definición las que tienen utilidad en el campo de batalla, un uso militar real contra una fuerza hostil, y la definición académica más extendida es que se trata de bombas de entre 1 y 50 kilotones instaladas en proyectiles con un alcance de hasta 500 kilómetros.

Para tener una idea de su magnitud se puede recordar que la bomba lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945 era de 15 kilotones y fue lanzada desde un bombardero. Las armas nucleares tácticas sin embargo pueden ser lanzadas, en el caso de Rusia, desde buques, aviones e incluso por fuerzas de tierra.

Son mucho más destructivas que una cabeza explosiva convencional, aunque tengan la misma energía explosiva, provocando una contaminación por radiación que afecta al aire, el suelo, el agua y la cadena alimentaria.

Las armas nucleares estratégicas en cambio tienen la capacidad de disuasión y destrucción mutua asegurada que dominó la Guerra Fría. Estados Unidos y Rusia han reducido su arsenal de estas armas de 19.000 y 35.000 a 3.700 y 4.480 hasta enero de 2022.

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