fue hallado muerto días después de asumir el cargo, tras ser interceptado por un grupo de atacantes, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno federal.

El clima de violencia en Chilpancingo no ha cedido: hace apenas cinco días 11 cadáveres, cuatro de ellos de menores de edad, fueron hallados en una camioneta abandonada.

El alcalde Antonio Gaspar Beltrán fue asesinado en el municipio de Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, cuando se encontraba en una actividad pública. El crimen ocurrió en un contexto de creciente violencia en el estado, especialmente relacionada con disputas entre grupos criminales que operan en la región.

Gaspar Beltrán, quien era miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue un político conocido en el estado por su labor en la administración municipal y su compromiso con la seguridad y el desarrollo social. Tras su muerte, se desató una ola de condenas tanto dentro como fuera de Guerrero, y diversas autoridades, incluyendo el gobierno estatal y federal, se comprometieron a esclarecer el asesinato y a reforzar la seguridad en la región.

Guerrero es uno de los estados más afectados por la violencia vinculada con el crimen organizado en México. La disputa por el control de rutas de narcotráfico, así como los conflictos entre carteles de drogas y grupos del crimen organizado, han dejado una estela de violencia en la región. Chilpancingo no ha sido la excepción, y este asesinato es parte de una serie de hechos violentos que han afectado a la clase política, autoridades locales y la sociedad en general.

A lo largo de los últimos años, varios políticos y autoridades de Guerrero han sido víctimas de violencia relacionada con grupos criminales. La violencia ha crecido especialmente en municipios como Acapulco, Chilpancingo, y otras partes de la región de la Costa Grande y La Montaña, que son zonas de alto interés para grupos del crimen organizado.

F: CNN
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