Imagen tomada por el Diario El Universo.
La primera dama da detalles de la familia presidencial y cuenta que para el mandatario es complicado poder organizar su tiempo para compartir con sus hijos.
La familia presidencial creció el 16 de enero pasado con el nacimiento de Furio Noboa Valbonesi. Y, en menos de dos meses desde su llegada, su mamá, la primera dama Lavinia Valbonesi, ha retomado su agenda de actividades en apoyo al Gobierno de su esposo, el presidente Daniel Noboa, así como los varios deportes que practica.
Cuenta que, por ahora, ella junto con sus dos hijos —Alvarito, el mayor, y Furio o Furito, como le dicen de cariño— permanecen a tiempo completo en su residencia de Guayaquil, aunque no descarta en cualquier momento regresar a Quito por ciertos días para cumplir con sus actividades. Confiesa que en este corto tiempo que lleva el gobierno de Noboa ha hecho también de la capital y del Palacio de Carondelet su segunda casa.
Valbonesi dialogó esta semana con EL UNIVERSO en su oficina de Guayaquil. La entrevista completa se divulgará este viernes, 8 de marzo, a través de todas sus plataformas.
El ritmo que le exige el rol que tiene ahora dice que ha sido un verdadero desafío, y que ahora, con un nuevo bebé, toda su agenda se acomoda con base en las actividades de sus hijos.
“Alvarito está completamente acostumbrado. Él es feliz; es un niño que siempre lo tengo en mucha actividad, y yo trato de organizarme bastante mi agenda a base de él, trato de estar en los momentos importantes. Y Furito, mi hijo pequeño, es un sol, es como un relojito: se levanta cada tres horas, y eso me permite estar, ir, venir y acomodar mi tiempo según las necesidades de mis hijos”, comenta.
Asimismo, reconoce que para el presidente Noboa es un poco más complicado poder organizar su tiempo para compartir con sus tres hijos —Luisa, de su primer matrimonio, Alvarito y Furio—, y dice que siempre estuvieron conscientes de que ello sucedería cuando recibieron la noticia de haber ganado la elección.
“Yo estoy donde necesiten que esté. Yo no tengo un puesto fijo; mi esposo, obviamente, sí, porque él es el gobernante aquí. Yo lo estoy acompañando y lo estoy apoyando y estoy donde este me necesita”.