Científicos y entusiastas lanzaron el sábado la mayor caza del monstruo de Escocia en 50 años.

Los miembros de la expedición no han escatimado esfuerzos para intentar resolver este misterio, incluidos drones equipados con escáneres térmicos, barcos equipados con cámaras infrarrojas o hidrófonos.

«Nuestro objetivo siempre ha sido grabar, estudiar y analizar toda suerte de comportamientos y fenómenos naturales difíciles de explicar», declaró Alan McKenna, del equipo de búsqueda Loch Ness Exploration..

«Puede ser un mito, puede ser real… Me gusta pensar que es algo entre lo uno y lo otro», afirmó Tatiana Yeboah, turista francesa de 21 años cuya visita al lago coincidió con la operación de búsqueda.

Los investigadores creen que los escáneres térmicos pueden ayudar a detectar cualquier anomalía, mientras que los hidrófonos pueden registrar cualquier llamada inusual en el lago, que tiene una superficie de 56 kilómetros cuadrados y 240 metros de profundidad.

 

 

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